Materias escriptorias

 

Tradicionalmente las materias escriptorias se dividen en dos ramas, en cuanto al soporte se refiere, las materias escriptorias duras, en su generalidad son estudiadas por la Epigrafía y las materias escriptorias blandas, que se las considera más originales de la Paleografía. Las utilizadas más corrientemente son:

Papiro: Considerada dentro de las Materias escriptorias blandas, consiste en una lámina obtenida de la planta ciperácea, que lleva el mismo nombre. Llamada Junco del Nilo, de cuya pulpa o meollo, se sacan tiras que se presentan, mojan y secan, previo un procedimiento especial de preparación del material. Adoptan variadas formas, y según ellas se llaman "Scheda" si son en forma de tiras, "plágulas" si son láminas y "scapus" si adoptan la de rollo. Tiene grosor diferente. Plinio establece nueve cualidades diferentes del papiro, desde lo que sería el papel de seda hasta el de embalar. Las escrituras del papiro se conservan por mucho tiempo gracias a que estos documentos se guardaban enrollados. Se usó generalmente en Egipto, Creta, Grecia y Roma desde el siglo VI y VII d. C..

En Herculano se hallaron 24 rollos de papiro en casa de Pisón Cesonino que hospedaba al filósofo Filodemo de Gadara. El papiro se utilizó en la época primitiva para todos los documentos reales. En la Edad Media alcanzó su máximo apogeo. El papiro más antiguo es el proveniente de la 5a. dinastía de los faraones egipcios (2.000 años antes de Cristo), llamado "Prisse".

Pergamino: Generalmente se empleaba la piel de res, raída, adobada y estirada; se utilizó también la piel de otros animales. En Egipto se usó pieles de gacela. El pergamino más apreciado fue el confeccionado con pieles de nonato.

La piel se introduce en agua con cal. Una vez limpia, se alisa con una piedra pómez y se la seca estirándola. Los encargados de hacerlo eran los monjes pergamineros, el más conocido en España fue el Monasterio de Guadalupe. El pergamino fue el material usado preferentemente en la Edad Media. Se usó para escritos literarios y diplomáticos. Su origen remonta, según la leyenda recogida por Plinio, a la introducción que del mismo hiciera Eumenes II, rey de Pérgamo (197 a 195 A. C.) para suplir la falta de papiro que los Ptolomeos se negaban a venderle por temor que estos hicieran una biblioteca más grande que la que ellos habían fundado en Alejandría. De esta manera fue introducido el pergamino. Se sostiene, sin embargo, que pese a las leyendas, el pergamino es más antiguo que el mismo papiro.

En la Edad Media alcanzó tanto auge que existía el Gremio de Pergamineros, siendo uno de los más importantes. En los Monasterios se le elaboraba, especialmente. Procedentes del siglo IV se conservan interesantes pergaminos.

Bronce: Este material duro se usaba para los diplomas de los militares, en Roma. Era la acreditación del "ius civitatis" y el "ius connbui". También se otorgaba como Diploma a los soldados y enviados especiales a los países extranjeros, a fin de justificar la ciudadanía romana.

Plomo: Se usaba especialmente para las Bulas papales. Ejemplo: La Bula de Gregorio II (732). Según el material empleado era el nombre de estos documentos pontificios (Bula de Cera, de Oro, de Plomo, etc.)

Piedra: Se usaba para los Fastos Consulares.

Tablas o Códices: Se les llamaba así a una especie de madera recubierta en cera; y según fueran una o varias tablas unidas, estas se denominaban dúlicas, múltiples, triplice, etc. Se usaban en las Iglesias para fijar los "momentos".

En los libros generalmente se escribía en columnas mientras que en los documentos en forma de cartas.

Tablillas enceradas: Tabellae cerade. Fueron utilizados principalmente por lo griegos y por los romanos, gracias a los griegos, las tablillas se extendieron a todo el mundo Helénico, se lo cita en la Iliada. Dada su permanencia se utilizó hasta la edad Media inclusive. Destinado preferentemente a textos cortos, fueron de gran utilidad por la facilidad de su manejo, con la posibilidad de borrar sus contenidos y poder reutilizarse, siendo su resistencia al manipuleo mayor que la del papiro; su utilización se extendió en todas las formas como lo hacemos actualmente con el papel, cuando de escritura se trata, pero esencialmente desde el punto de vista archivístico, las tablillas enceradas prestaron gran utilidad en las investigaciones históricas y sociológicas al redactarse en ellas las actas, contratos, testamentos, etc..

Las tablillas se fabricaban de maderas comunes, como el abeto, el arce, el boj. Las tablillas hechas de marfil o maderas finas eran artículos de lujo; eran rectangulares y plegables, con forma de libro, con la parte central acanalada en madera o marfil, dejaban un borde saliente en todos los márgenes para proteger la escritura que se fijaba en la parte hundida que estaba recubierta por una capa de cera oscura, donde se trazan los caracteres y dibujos mediante un apunta dura del estilo pudiendo borrarse con la contera del mismo.

Normalmente las tablillas se agrupaban de a dos, pero podían tener un gran número de "paginas", recibiendo los nombres de dípticos y polidípticos, en latín son denominados códices, dúplices, tríplices, etc. se unían entre sí por medio de charnelas, en el borde izquierdo.

Las tablillas mas pequeñas, podían caber en la palma de la mano, se denominaban codicillus y pugillares, pero existieron los de tamaño exagerado que había que transportarlos en hombros.

Se pueden clasificar de acuerdo a las caras empleadas para la escritura:

Tablillas enceradas Monofaciales: Dícese de las tablillas escritas de un sólo lado. Correctamente denominados como anapistógrafos.

Tablillas enceradas opistomáticas: cuando están escritas en dos lados. El término correctamente empleado sería Opistográfica. La Opistografía se define como la escritura por ambos lados o caras de la materia escriptoria. Si consideramos los rollos de las materias blandas, estos se escribían por una sola cara, cuando se insertan en forma de libros es cuando empieza a escribirse en ambas caras.

Si eran más carillas por diferentes uniones, se denominaban codex.

La Iglesia primitiva los utilizaba para anotar en dos listas pareadas los nombres de los vivos y los muertos por quienes había que orar. También se usaron como catálogos o serie de nombres de personas, generalmente de los Obispos y de diócesis. Los dípticos se confeccionaban con marfil y se los obsequiaba a los cónsules, pero cuando se difundió su uso fue prohibido por Teodosio.

Entre los hallazgos mas importantes de estos soportes se cita a Pompeya donde se encontraron dípticos en cantidad considerable.

Papel: El papel es originario de china (2.000 a. C.); los árabes lo difundieron por Europa (Siglo VIII). Especialmente en España, donde se fabricó con fibras vegetales. Confeccionado en libro la obra más antigua que se conoce es el "Adversus iudeceos" de Pedro el Venerable, abad de Cluny (1122-1150) Otra de las obras más antiguas fue el "Vocabularium gothicum" (En la biblioteca Nacional de París-SigloXI). Después del siglo XVI el papel comienza a suplantar al pergamino; empezándose a conocer desde principios de la Edad Media el papel de trapo. El papel desplazó al pergamino por el bajo costo y por la relativa facilidad de su uso.

Sobre el pergamino el y el papel se escribió con plumas. Generalmente se empleaba la pluma de oca.

La tinta se fabricaba de hollín con goma. En determinados casos se utilizó la tinta roja.

En la Edad Media, el encabezamiento y la firma de algunos documentos se efectuaban con tinta roja. El Imperio Bizantino, en las escrituras del rey se empleaba la tinta roja y en las el heredero se utilizaba la verde. La palabra rúbrica (rubrum) proviene de la costumbre de firmar con tinta roja. La rúbrica en algunos casos, sustituye a las palabras latinas que se realizaban en tinta roja para garantizar su autenticidad.

Las plumas de pavo, ganso y de cisne, determinaron la escritura de toda una época, 1. se cortaban a no más de 20 centimetros. 2. se eliminaban las barbas y pelusas. 3. Se limpia el interior. 4. Se realizan cortes que posibilitaran la escritura.

 

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